viernes, 2 de marzo de 2012

Mi historia con Becquer

Nunca fui una niña que me gustase leer, mi afición por los libros comenzó tarde, ya en mi adolescencia fue cuando descubrí realmente el maravilloso mundo de la lectura. Y aunque no fue con Gustavo Adolfo Becquer, con quién me aficione a ella, si fue un libro misterioso en el trascurso de mis juventud.

Todo comenzó cuando tenia unos nueve o diez años, mi madre siempre fue adicta a la lectura, cualquier cosa que cayera en sus manos era devorada con avidez y ganas de aprender, por eso compraba siempre que podía algún libro, y así comenzó una colección enorme.

Creo era el titulo cinco o el quince, ya no lo recuerdo, el que llevaba por titulo  Rimas y Leyendas de G.A.Becquer, era pequeño y de color azul, nunca le dí importancia hasta que un día en clases pidieron hacer una pequeña biblioteca y para ello debíamos de  donar un libro, era la única manera de hacerla y poder usarla, como me interesaban algunos cuentos cortos y divertidos, no quise quedar por fuera, y claro abrir el libro de Becquer y dije este mismo, parece aburrido, y así  salió de mis manos el primer libro de Becquer que estuvo en casa.

Me llamo mucho la atención que varias niñas lo leyeran, pero sin embargo pase mucho de ese pequeño libro azul, sin embargo ese mismo año daría un cambio respecto a la lectura, al toparme con un libro del cual ya no recuerdo el autor, peor si su titulo, un simple interrogante, ¿Preguntale a Alicia?, ese libro marco me vida como lectora, con él comencé a leer, comencé adentrarme en el misterio de la lectura con la joven Alicia, esa adolescente de  finales de los sesenta principio de los setenta, enganchada a las drogas como el LSD, y perdida en un mundo desconocido, pero al que sucumbí en mi imaginación siendo Alicia.

A partir de ese año leí casi cualquier cosa, pasaba horas con los libros en las manos, y me daban las dos o tres de la mañana leyendo.

Al poco de acabar ¿preguntale a Alicia?, un día saliendo de misa había una venta de libros, mamá se acerco y me llamo mucho la atención un libro que su carátula eran unas ilustraciones de acuarelas con un  colibrí y flores de bellos colores, pedí el libro por las ilustraciones sin importarme el titulo, solo me gustaban sus dibujos, ese libro entro en la biblioteca y solo salía para ver las ilustraciones, se titulaba RIMAS, ni me di cuenta eran la mitad del libro que hace un año había donado a la biblioteca de clase, de eso me dí cuenta años más tarde.

Cuando cumplí dieciséis años, comencé con las ilusiones de amor y por supuesto entro la poesía en mi vida, pero no entro Becquer, recuerdo claramente que sé comento sobré las rimas y leyendas en clase, pero la profesora de literatura decidió estudiar más a fondo a Neruda, y sus "20 poemas de amor y una canción desesperada", antes que a Becquer, fue maravilloso estudiar a Neruda.

Pero entonces  empezó a revolotear en mi cabeza el titulo del pequeño libro azul, y asocie el libro de ilustraciones, me sorprendió que fuera el mismo que salió de mi biblioteca y que estaba con otro formato en  mi biblioteca, entonces lo tome de la estantería y lo leí en menos de una hora, quedando marcada por tan bella prosa, cabe decir que me había mudado y que el libro sobrevivio a la mudanza, muchos libros fueron regalados por mi madre, otros donados e incluso tirados, sobrevivio al tiempo en la estantería, en medio de la colección de adolescentes conflictivas, las enciclopedias de química que nunca usé, los cuentos, y las revistas típicas de las chicas con dieciséis años.

Pero me quede a medias, el libro azul era pequeño peor tenia las leyendas, que no tenia el ilustrado, sin embargo no sufrí, lo deje pasar, y ya con dieciocho años en casa de una amiga, vi un día unas columnas de libros en el suelo, pregunte porque estaban allí, me dijo eran de su amiga Marife, que se había ido de su casa, pero que no quería los libros y que los vendería, tome un libro pequeño y gordillo, con las hojas amarillentas, y la tapa color crema algo roída por le tiempo, sus letras color oro.

Cuando leí el titulo caí sentada sobre la cama lo abrí y fui directo a la mitad, ahí estaba Becquer, me perseguía cuando menos lo esperaba, esta vez con las leyendas, me permití decirle a  mi amiga, que ese no lo vendería que avisara que se había perdido, no pagaría de nuevo por ese libro, simplemente lo metí en mi bolso y paso a ser de mi propiedad, esa misma noche devoré con ansiedad todas las leyendas, y releí sus rimas.

Hoy en día tengo treinta y seis años, hace diez me volví a mudar, solo que esta vez fue de país, peleé por mis libros y pagué exceso de peso por una maleta de  treinta kilos de papel, mis libros, entre ellos el tomo crema de letras oro y paginas amarillas, llegó hasta aquí no sin sufrir los envites del viaje, hubo que reparar un poco su carátula y lomo, pero aún sobrevive, aún me acompaña.

En pocos años mi hija podrá leerlo, tomar en sus manos a mi amado Becquer y saber la historia de unas Rimas y Leyendas, que sin saber antes de ser mías ya compartí con muchos.

Os dejo aquí la rima XIV, ella es mi preferida, la que acompaño mis letras en mi primera carta de amor.


RIMA XIV
Te vi un punto, y, flotando ante mis ojos,
la imagen de tus ojos se quedó,
como la mancha oscura, orlada en el fuego,
que flota y ciega si se mira al sol.
Adondequiera que la vista clavo,
torno a ver tus pupilas llamear;
mas no te encuentro a ti; que es tu mirada:
unos ojos, los tuyos, nada más.
De mi alcoba en el ángulo los miro
desasidos fantásticos lucir;
cuando duermo los siento que se ciernen
de par en par abiertos sobre mí.
Yo sé que hay fuegos fatuos que en la noche
llevan al caminante a perecer:
yo me siento arrastrado por tus ojos
pero a dónde me arrastran, no lo sé.


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