miércoles, 29 de febrero de 2012

Siempre me ha gustado escribir, recuerdo empecé con unos dieciséis años, cartas y poesía o lo que me imaginara, sin embargo nunca me creí buena, nunca pensé que mis letras llegarán más allá de las personas exactas.
Pero quien lo pensaría hace dieciocho años, hoy en día esa etapa ha sido borrada, las cartas han sido perdidas o tiradas en alguna papelera, no sé si alguien aún las conserve, el resto en un arrebato de orgullo, y queriendo romper con el pasado yo misma tire en un contenedor de papel.
Sin embargo hace unos años retome la costumbre de decir en letras, por papel o por tecnología lo que no soy capaz de expresar muchas veces en palabras.
Y de repente publico unas letras y alguien me dice soy buena y que lo siga haciendo, creo que todo depende de los estados de animo, de lo que sientes en cada momento, es como los artistas, tienen periodos en donde su inspiración es oscura o nula, y de repente resurgen.
Sin pensarlo dos veces y como  hice el año pasado, decidí escribir en un concurso, y empecé creyendo en que tendría posibilidades, y de repente, lo olvide y dije, no será, no interesa o no llama.
Mis amigos de antes y de ahora, los que me conocen y los que no me conocen tanto, leyeron y votaron pero faltaba el jurado lo importante eran ellos, y sin esperarlo a, zas, una llamada y el segundo premio del concurso es mio, y no es el valor material, no, ese no me  importa, ¿por que? , sencillo es el primer premio a mis letras a lo que me gusta, el que me ha dicho, que aquellos que no saben nada de mi, se han sentido interesados, que les ha gustado y que por eso merezco algo.
Creo que he obtenido el impulso que me permitirá seguir escribiendo, para mi, o para pocos, o quizás para muchos.
En estos momentos en que estaba casi deprimida, por circunstancias diversas, esto es un aliciente para retomar mis sueños de escribir.
Gracias a todos.

domingo, 19 de febrero de 2012



Nostalgia 

Sin venir a cuento anoche la nostalgia se apoderaba de mí, los recuerdos invadían mi mente y las lágrimas afloraban, despacio recorriendo mis mejillas entre penumbras. 
Que vacio tiene aquel que es emigrante, aquel que divide sus amores a la tierra y a los seres. 
Recordaba como de muchas veces mantuve en Venezuela conversaciones de este tipo. 
-¡Hola, Qué tal! 
- ¡Hola, bien y tú! 
-Bien, mucho gusto. 
-Igualmente. 
- ¿Eres Venezolana? Sí lo soy, nacida aquí de Padres españoles. 
-Ah, con razón es que no pareces venezolana. 
-Jaja, no es la primera vez que me lo dicen… 
Y por ahí surgía un sinfín de sentimientos, y me decía, pero qué coño, si soy nacida aquí y criada aquí… pero no le daba más importancia, algunas veces hasta me causaba gracia, o lo veía en beneficio. 
Sin embargo siempre sentí a Venezuela mi patria, y aún hoy la siento, y se me agolpan los sentimientos cuando oigo un alma llanera o cuando oigo la canción Venezuela, tantas veces cantada por muchos, como me identifico ahora con sus estrofas… “entre tus playas quedo mi niñez”, nunca pensé que esa frase fuera a ser tan cierta, porque en las playas de Falcón pase mis más hermosas vacaciones de niña, tengo recuerdos inmensos. 
Ahora las conversaciones son tan parecidas, solo cambian cuando después de cuatro frases me dicen ¿tú no eres gallega verdad? Y toca decir lo mismo, no, nací en Venezuela y mis padres son gallegos… y bla bla bla. 
Los emigrantes siempre dando explicaciones, sean ellos mismos o sus hijos, pertenecen a esa tierra de nadie, ese limbo entre mundos que las personas creamos con tantas fronteras. 
Hoy entiendo a mi madre cuando decía que no era de ninguna parte que extrañaba cosas de Galicia, pero que amaba a Venezuela, que su corazón se dividía entre la una y la otra, que en una había nacido y la otra la había hecho persona, tanto amo a las dos que pidió ser incinerada y sus cenizas repartir en ambos mares, esos donde yo deje mi niñez y esos donde ella disfruto sus últimos años. 
A nosotros los emigrantes las tierras nos dan y nos quitan, tenemos en desconsuelo de no ser de ningún lado, y a su vez la maravilla de ser ciudadano del mundo. 
España me quito lo que más ame, mi madre, pero me dio lo que más amo, mi hija, Venezuela me formo como persona, me dio su sol, y sobre todo la nobleza de sus gentes. 
Es duro querer ver la tierra de uno y sentir miedo, miedo por lo que sucede, miedo de ver como un país noble se ha ido destruyendo, por la avaricia de unos y el abandono de otros. Sí, me fui de mi tierra y soy ciudadano del mundo, no por elección sino por obligación. 
Y la historia se repite, mis padres fueron pensando jamás regresar pero el destino los hizo volver, yo ahora sé no voy a regresar en mucho tiempo, no sé si los mismos cuarenta años que ellos estuvieron lejos de su tierra, no sé si antes de eso, no tengo ni idea si me toque volver, quizás mi hija vuelva a dar el giro a esta rueda de vida que tenemos los que somos emigrantes, los del limbo, los que tenemos y no tenemos patria, o como prefiero verlo yo, los que tenemos dos, tres, cuatro o más banderas, más gentes, más culturas, y un montón de sentimientos vividos por vivir y por compartir. 
A todos esos que dividen su corazón entre tierras, a todos los que por una u otra razón han tenido que salir fuera de la tierra que los vio nacer, para seguir creciendo en otra que no es la suya. 











sábado, 18 de febrero de 2012

Sábado, por fin , el fin de semana de carnavales... mi hija feliz por poder disfrazarse, que bello es ser niño, que maravilla poder tener la fantasía rodeándote, sin que por ello el mundo deje de girar.
Nada toca vivir de la fantasía por unos días, tratando de entre colores y fiesta olvidar el resto de problemas , carnavales esta aquí, princesas, fantasmas, alegorías, payasos, nos escondemos entre mascaras y disfraces para realizar nuestros sueños por un rato.
Vivimos por unas horas en el castillo de mentira que queremos, luchamos contra monstruos, nos volvemos doncellas, y hay caballeros luchando contra dragones.
Todo un cuento de niños, paganismo para poder evadir, ¿porqué no?¿A quién no le gusta poder hacer realidad sus sueños?
Hay queda pasar bien las festividades de Don Carnal, y cuando acabe la fiesta a llorar la sardina.

miércoles, 8 de febrero de 2012



Al  mejor  hombre

Al único hombre que nunca me ha fallado. Las cartas de amor no siempre son para los amantes, esta es para un amor incondicional, para el mejor hombre del mundo mí padre.
Recuerdo tantas cosas, que no sé como agradecerte tantos años felices, tantas enseñanzas, y tantas discusiones. No logré entender hasta hace unos pocos años cuán grande era tu amor por mí, porque aunque físicamente no hemos estado siempre lejos, nuestros espíritus contradictorios se separaron un tiempo, pero aun así siempre supe me amabas y te amaba.
Quiero agradecerte tantas cosas, que no sé por dónde empezar, has sido el mejor del mundo, has sido para mí todo, el ideal a seguir, mi héroe, mi príncipe encantado, y algunas veces, muchas mi conciencia guiándome a través de las tinieblas.
Como voy a olvidar  como siendo pequeña me llevabas a montar a caballo y me decías, “no tengas miedo agarrarte fuerte y no pasará nada, los caballos no te harán nada”. O las horas infinitas de playa, la que no te gustaba y donde acababas rojo como un camarón por enseñarme a nadar, todo porque tu amor es infinito, lo lograste papá me enseñaste a nadar en el agua y en la vida.
Recuerdas como  me enseñaste a disparar tu escopeta, para mi eras el mejor difícilmente fallabas un tiro y yo quería ser como tú, quería te sintieras orgulloso de mi siempre, y tome con fuerza en mis manos la escopeta que para ese entonces era igual de grande que yo, y tú me decías,” cuidado te puede sentar cuando dispares, tienes que pararte firme con los pies uno delante del otro y apoyar bien, con fuerza, firme, con seguridad”, pero eso no era lo más importante, me enseñaste a respetar la naturaleza y a que un arma nunca se empuña para agredir a un ser humano, tú quizás ni lo sabes, para ti quizás solo fue una anécdota, pero para mí fue enseñanza de vida porque aprendí a ver las cosas desde otro punto de vista.
Recuerdas como me enseñaste a jugar a las cartas, estabas enfermo, pasabas los días enteros sin moverte en cama, yo no entendía que te pasaba, solo quería llegar a casa del colegio para jugar contigo, entonces aprendí algo más que jugar a las cartas, aprendí la responsabilidad, porque para ti esta es básica en la vida, imprescindible para ser hombres de bien, y vi como maltrecho por el dolor te levantaste para dar la cara en tu trabajo por un accidente que no era culpa tuya sino de tú sustituto, pero que por estar cubriendo tú puesto te resulto ineludible, y suspendiste operación y levantaste con dolor, porque para ti las personas son más importantes que tú mismo, porque no conoces el egoísmo ni cuando es necesario.
Cuantas cosas aprendí de ti, las lecciones más grandes de vida me las diste tú, no la universidad ni la calle, ni los estudios, tú, solo tú amor me enseño a ser persona.
En mis años más difíciles como adolescente no estuviste todo el tiempo y entonces comenzaron nuestras diferencias, pero como no tenerlas, tú naciste en la postguerra, viviste opresión y hambre, yo nací cuarenta años después en las tecnologías, la democracia y la revolución femenina, tú eras de las mujeres en su casa, sin llegar a ser machista, pero las mujeres en casa, y yo era de liberación femenina, independencia , autosuficiencia, de aprender viviendo, hoy sé tenias miedo de que el mundo me hiriera, y si, claro que sí me hirió, pero papá me habías enseñado muy bien, a separar lo bueno y lo malo, por eso siempre disfrute sin ser libertina, y sin meterme en problemas, tú me enseñaste a ser responsable  a saber beber, a saber decir no y a no dejarme llevar por lo que hicieran los demás, tú nunca lo has sabido, pero siempre tenía tus consejos conmigo; pero un día en una discusión ya no recuerdo ni porque, seguramente porque salía mucho de fiesta, te herí, te herí en lo más hondo, fui directo al corazón sin pensarlo, sin tener compasión, lo entendí años más tarde cuando obtuve el titulo por el fin de mi carrera, con él en las manos y con casi veinticuatro años vi las cosas claras, mis palabras fueron, “tú nunca estas en casa papá, no me conoces porque no te ha dado la gana, solo estas aquí los fines de semana, no sabes nada de mí”, así termine la discusión y tú no hablaste más, claro que no me conocías bien, pero no porque no quisieras, sino porque trabajabas toda la semana fuera de casa, sacrificando el estar con tu familia para darme una carrera, para pagarme los estudios, para hacer de mi lo que tú no habías logrado ,ser una profesional, pero claro los adolescentes no vemos más allá de nuestras narices y yo en vez de acercarme a ti, me aleje , me seguí yendo de fiesta o al cine.
Por todo eso papá te quiero pedir perdón, pero sobre todo quiero darte las gracias, gracias por hacerme la mujer que soy, gracias por ese amor inmenso que me tienes, por haberme forjado una personalidad como la que tengo, por hacerme fuerte ante la vida, no fuiste médico, ni ingeniero, ni siquiera tienes un bachiller, pero eres un sabio, sabes muchísimo y todo lo que sabes me lo has enseñado.
Papá nunca te he dicho te quiero, por eso te lo dijo ahora, aunque sea en una carta, es la manera que tengo de darte un pequeño homenaje, me di cuenta de lo inmenso de mi amor por ti cuando murió mi madre, porque en ese momento te vi llorar, nunca te había visto llorar papá, ese día te vi perdido y solo, me di cuenta que solo nos teníamos el uno al otro y que nunca te había dicho te quiero, y mi alma se quebró , por eso quise volver a tenerte.
Padre sé que mis agravios seguramente no los recuerdas, y también se que cada logró mío para ti ha sido un gran triunfo, porque me tienes una amor aprueba de cualquier cosa, el amor que solo le tienen los padres a sus hijos, ese inquebrantable y solido.
Papá te amo con todas mis fuerzas, nunca deje de hacerlo, solo me escondí, y te dijo que la cosa más hermosa que me ha pasado es poder verte disfrutar de mi hija, ver como sonríes como hace tanto tiempo no lo hacías, ver como una pequeña personita saca de ti tanta alegría, verla a ella en tu regazo es verme yo hace unos años atrás y ser feliz como lo era, olvidándome de todo lo demás.
Papá siento que haya pasado tanto tiempo para decir dos palabras tan simples, pero como alguna vez leí, no aprendemos a ser hijos hasta que somos padres, y es sencillo, lo entendemos porque nos duelen los hijos, entonces sabemos lo que dolíamos a nuestros padres, entendemos el tantas veces repetido por ustedes, todo lo que hago lo hago por tu bien, pero eso solo se aprende con los años,
Solo me queda decirte o mejor dicho repetirte que te amo con locura, que doy gracias a Dios por tenerte en mi vida porque hayas sido mi padre y por haberme hecho quien soy.
Papá te quiero, y siempre  estás en mi corazón.

martes, 7 de febrero de 2012

Mi Razón de vivir.

Cuando despiertas y te vez sin motivación alguna, no sabes ni siquiera que pie poner antes en el suelo, te obliga la inercia, la conciencia o simplemente un ser especial.

En estos tiempos de tantas decepciones, de tanta crisis, de tanta decidía, a mi solo me ha logrado motivar, el saber que después de despertar tengo una sonrisa esperando, una sonrisa sincera, un beso dulce como los caramelos y unos ojos que no mienten al decirme te quiero.

Mi hija es mi motor, como lo han sido tantos hijos para tantas madres.

A todos ellos que Dios les Bendiga.