martes, 7 de febrero de 2012

Mi Razón de vivir.

Cuando despiertas y te vez sin motivación alguna, no sabes ni siquiera que pie poner antes en el suelo, te obliga la inercia, la conciencia o simplemente un ser especial.

En estos tiempos de tantas decepciones, de tanta crisis, de tanta decidía, a mi solo me ha logrado motivar, el saber que después de despertar tengo una sonrisa esperando, una sonrisa sincera, un beso dulce como los caramelos y unos ojos que no mienten al decirme te quiero.

Mi hija es mi motor, como lo han sido tantos hijos para tantas madres.

A todos ellos que Dios les Bendiga.

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